Septo
Hacer piercings en el tabique son comunes entre los pueblos tribales y a menudo se usan para que los hombres se vean a sí mismos como guerreros feroces. Por ejemplo, entre la tribu indonesia Asmat de Irian Jaya, existe la costumbre de agrandar el diámetro de estos piercings a 25 mm para poder colocar en ellos el hueso de una pata de cerdo o el fémur de un enemigo muerto.
Los aztecas, mayas e incas se perforaban el diafragma con oro y jade como representaciones de los dioses del agua y del sol. Los indios kuna de Panamá aún conservan esta práctica en la actualidad.
En la India, Nepal y el Tíbet, se fija al piercing un talismán llamado bulak; a veces es tan grande que quien lo lleva debe levantarlo para comer.
Otro ejemplo extraño es el de los aborígenes de Australia, que utilizaban piercings septales para aplanar sus narices y hacerlas más hermosas.
Lengua
Se cree que los orígenes de la perforación de la lengua ocurrieron entre los siglos XIV y XVI como parte de un ritual de sangre en las civilizaciones azteca y maya. Los sacerdotes y chamanes de estas culturas también realizaban perforaciones en la lengua para crear un estado alterado de conciencia que les permitía comunicarse con los dioses.
También en Occidente encontramos carnavales del siglo XX realizando este tipo de ejercicios en sus espectáculos. Pero no fue hasta la década de 1980, con la apertura de Gauntlet en Los Ángeles, que los piercings en la lengua realmente despegaron. A Elayne Angel, una de las expertas en piercings de la tienda, se le atribuye la popularización del piercing, que también se cree que mejora los hábitos del sexo oral.
Labio
Aunque sólo dos tribus en África (los Dogon y los Nuba) usan anillos, las perforaciones en los labios son más comunes entre las culturas tribales. La mayoría de la gente usa un labret (un palo con una bola en cada extremo) o un plato.
En otras culturas, la perforación del labio es un ritual matrimonial. Por ejemplo, las mujeres de la tribu Makololo usan placas en el labio superior para embellecerse. Normalmente, el futuro marido insertaba estas placas (cuyo tamaño se correlacionaba con la importancia de la dote) en su prometida como ceremonia de compromiso seis meses antes de la boda.
Ombligo
En el antiguo Egipto, tales perforaciones eran un signo de estatus real: solo a los faraones se les permitía tener perforaciones en el ombligo, y cualquiera que se encontrara con una era ejecutado.
Miles de años después, cuando los bikinis se pusieron de moda, se consideraba vergonzoso mostrar el ombligo. Los piercings en el ombligo y la exposición del ombligo fueron tabúes hasta principios de la década de 1990, cuando Christy Turlington usó uno durante un desfile de moda en 1993 en Londres. Naomi Campbell y Madonna pronto siguieron su ejemplo, y los piercings en el ombligo pronto se hicieron populares. Una de las modas más populares de la época.
pezón
En la antigua Roma, los hombres se perforaban los pezones como símbolo de masculinidad y amistad con otros hombres. Sólo más tarde esto se convirtió en una práctica común entre las mujeres.
A mediados del siglo XIV, la reina Isabel de Francia puso de moda la ropa escotada; el escote de la ropa era muy bajo, a veces tan bajo como el ombligo, y los pezones a menudo quedaban al descubierto. Por eso los piercings en los pezones se convierten en un elemento de joyería combinado con vestidos.
En la década de 1890, este tipo de piercing volvió a ser popular entre las mujeres de clase alta como una forma de agrandar y sensibilizar sus pezones. El ligero toque y deslizamiento del anillo crea una sensación extremadamente estimulante. Por otro lado, los médicos británicos victorianos aconsejaban a sus pacientes que se perforaran los pezones para promover la lactancia materna.